EN BUSCA DE LA COMPETITIVIDAD: CAMINO AL BICENTENARIO

31 agosto, 2019

En Perú, cerca del 72% de sus trabajadores son informales y producen casi el 20% del producto bruto interno (PBI). Por tanto, los trabajadores formales (28%) contribuyen con cerca del 80% del PBI. Estos datos mostrados por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, 2017), muestran la gran diferencia entre la productividad de la población económicamente activa del sector formal y la del sector informal.

¿Y por qué tanta diferencia entre lo que produce el sector formal y el informal? Según la economía, ello se debe a la productividad de cada sector. ¿Y qué es la productividad? Para muchos el término productividad comienza en el siglo XVIII cuando el economista Adam Smith se pregunta ¿de dónde sale la riqueza de una nación? Y una de sus respuestas dice que la productividad aumenta en la medida que se incrementa la división del trabajo. Luego, a fines del siglo XIX el ingeniero estadounidense Frederick Taylor se enfoca en la gestión del trabajo y los trabajadores, haciendo un análisis del trabajo y de la planificación de la producción con el objetivo de tener mejores resultados y aumentar la productividad.

El concepto de productividad va a evolucionar y se va a entender como la manera de conseguir objetivos en el menor tiempo posible con los recursos previamente planificados para conseguirlos; por tanto está asociado a la eficiencia. Por ende, si la productividad es importante en una empresa también lo es, con mucha mayor razón, para un país; puesto que la productividad es clave para el crecimiento.

¿Y cuáles serán esos recursos que se necesitan para lograr la productividad? Según Norman Loayza (2016), investigador del Banco Mundial, existen cuatro componentes principales que favorecen la productividad: la innovación, la educación, la eficiencia y la infraestructura física e institucional.

El grupo de banca de inversión Goldman Sachs, conocido por haber acuñado el término BRIC para designar a las economías emergentes (Brasil, Rusia, India y China) que dominarían la economía mundial al año 2050, proponía cuatro condiciones fundamentales para lograr el crecimiento: la estabilidad macroeconómica, la institucionalidad, la apertura de mercados y la educación.

¿Y cómo se encuentra el Perú en estos componentes para saber qué tan productivo es? A continuación, revisaremos algunos de los pilares del Índice de Competitividad Global 2018 –desarrollado por el World Economic Forum (WEF)- considerados vitales para el desarrollo de la productividad en el Perú.

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Competitividad del Perú 2018. Elaborado por Bruno Calderón latierraesflat

En el gráfico de arriba se compara al Perú con algunos vecinos sudamericanos, respecto a seis factores –incluidos en el Índice de Competitividad Global- que promueven la productividad. Mientras los países estén más desarrollados en cada uno de los factores mencionados se verá un hexágono perfecto; de lo contrario, mientras menos desarrollados estén sus factores, estarán más pegados al centro del gráfico. Sobre esa base, se puede ver que el país que más ha desarrollado los factores de productividad es Chile y, en el caso peruano, el único factor desarrollado ha sido la estabilidad macroeconómica.

Instituciones

Según el Índice de Competitividad Global 2018, de 140 países, Perú se encuentra en la posición 90 en Instituciones, siendo 1 la mejor posición y 140 la peor; es decir nos encontramos en el tercer cuartil, más abajo de la mitad de la tabla. Colombia nos gana por un puesto (89), Brasil está en el 72, Argentina 81, y Chile ocupa el ventajoso puesto 32. ¿A qué se debe la diferencia entre Perú y Chile en este componente? En este pilar, se puede observar que mientras Chile ocupa el lugar 25 en “Incidencia de corrupción” y el 45 en “Desempeño del sector público”; Perú se encuentra en la ubicación 80 y 99 respectivamente. Es decir, tenemos una mala gestión en el desempeño del sector público, que es el encargado de brindar: la ejecución correcta de las normas establecidas y el debido proceso, un control administrativo eficiente, la seguridad que la población necesita, así como el manejo ético y honesto de las funciones del Estado. Por tanto, la ineficiencia institucional que tenemos, más bien, lo que genera es la corrupción; y lo podemos observar por ejemplo en dos casos actuales: Odebrecht, habiendo corrompido funcionarios en el sector ejecutivo; así como el caso de los “cuellos blancos”, pervirtiendo al sistema judicial y logrando un controvertido “apoyo” en el legislativo. La institucionalidad es un pilar fundamental para brindar la estabilidad y la certidumbre que todos los actores nacionales como externos (en el caso de la inversión) necesitan para apostar por el Perú; de lo contrario, no sólo se afecta las políticas públicas, sino también, la economía.

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Según el ranking mundial de corrupción, desarrollado por Transparencia Internacional, Perú se encuentra en el puesto 105 de 180 países, su posición más baja en los últimos seis años.

Infraestructura

Una de las maneras de percibir el desarrollo que puede tener un país es a través de sus carreteras. Según el Ministerio de Transportes peruano, el país tendría aproximadamente 165,000 km de carreteras al 2016, mientras que Colombia tenía aprox. 206,500 y México unos 398 mil km al 2017.  Es decir, Colombia tendría 25% más de carreteras que Perú y México más del 100%. También podríamos comparar, los aeropuertos con pistas pavimentadas de más de tres mil metros, teniendo el Perú 5 (2017), mientras que Venezuela tiene 6 y Bolivia tiene también 5. Es decir, estamos casi a la par con países que no han apostado por la apertura de mercados como lo ha hecho Perú.

Según el último Índice de Competitividad, estamos en la posición 85, por debajo de países como Ecuador, y de ex repúblicas soviéticas como Georgia y Moldavia. Chile está en el 41, mientras México en 49. Es decir, en infraestructura estamos por debajo de la mitad de Chile. Perú es uno de los países que más ha crecido en los últimos años en la región; por tanto, el problema de falta de infraestructura no es el dinero, sino la falta de capacidad para ejecutar obras públicas.

Entonces, aquí también nos encontramos ante un problema institucional; los gobiernos regionales y distritales no han tenido la eficiencia necesaria para ejecutar las obras que necesitaban sus localidades, e incluso –muchas veces- las obras que se han realizado han sido de mala calidad, debido algunas veces a la falta de capacidad de sus funcionarios, y seguro que muchas veces, a la corrupción.

Por otro lado, cabe anotar que la inversión en infraestructura, además de aumentar el crecimiento de los países –a través del PBI- también contribuye a generar mayor productividad en el sector empresarial, al brindar mayor calidad de servicios, como lo es el caso del transporte y las telecomunicaciones.

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El diario Infobae, en una edición de 2013, comparó cuanto cuesta un kilómetro de carretera en algunos países de Europa vs el costo en países de Latinoamérica, costando en esta última 7 veces más. Los proyectos latinoamericanos son, muchas veces, más complejos geográficamente, pero sería bueno revisar si ello merece la diferencia registrada.

Estabilidad macroeconómica

Posterior a la caída del expresidente Fujimori, en cuanto a economía, Perú ha tenido dos grandes fases. La primera de 2002 a 2013, en que Perú tuvo un crecimiento promedio de 6%; y una segunda fase que va del 2014 hasta la actualidad, en el que ha venido creciendo a un promedio de 3%. Hay que anotar que el buen crecimiento económico, de la primera fase, se debió a un contexto externo favorable, como el gran crecimiento económico mundial y el boom de las materias primas; pero también a un buen comportamiento de la macroeconomía peruana, como el control de la inflación, el tipo de cambio y una prudente política fiscal. Esta buena conducta económica anterior, ha permitido saber sobrellevar la crisis económica internacional que se ha vivido y a pesar de todo, mantener un crecimiento pequeño pero positivo en comparación de muchas economías vecinas.

Este desempeño ha llevado a que Perú, según el Índice 2018 de la WEF, ocupe el primer lugar, junto a otras 31 economías como Chile o Australia, en Estabilidad Macroeconómica, siendo el principal pilar de competitividad que tiene el Perú.

Otra medida que favorecería el crecimiento económico sería ampliar la base tributaria, buscando estrategias para que más empresas y personas se formalicen y contribuyan con el pago de impuestos. Según el INEI, 75% de las empresas en el Perú son informales y sólo el 25% son formales. Asimismo, el 73% del empleo en el país es informal, habiendo sólo un 27% de trabajadores que tiene un empleo formal y que paga impuestos.

El crecimiento económico necesita contar con la confianza empresarial para su desarrollo y empoderamiento; sin embargo, la incertidumbre política que vive el país no contribuye a la seguridad que necesitan las empresas para invertir, por tanto, la inversión interna y extranjera se ven afectadas.

Perú ha sido considerado la estrella del crecimiento en América Latina debido a su buen desempeño económico; sin embargo, en los últimos años su economía ha crecido en menor proporción y pasa una serie de incertidumbres en el ámbito político que podrían afectar su economía.

Habilidades y Educación

No se puede pensar en crecimiento, competitividad y productividad sin haber apostado primero en la educación. Así lo han entendido todos los países desarrollados y emergentes en proceso de desarrollo. Es por ello, que el capital humano se convierte en primordial para el progreso de un país. La educación se da a través de las aulas y de la práctica. Al respecto, el World Economic Forum coloca al Perú en el puesto 83, por debajo de países como Líbano, Venezuela y Tayikistán. Sin embargo, ese no es nuestro peor promedio. Por ejemplo, en “Facilidad para encontrar empleados calificados” y en “habilidades de la fuerza laboral” estamos en posición 106; es decir, en el último cuartil. Las empresas no encontrarían empleados calificados, ni con las habilidades necesarias para desarrollarse laboralmente.

Perú habrá podido mejorar en número de colegios y tasa de escolaridad secundaria, pero la calidad de la enseñanza es muy deficiente. Es por eso, que en la última prueba internacional PISA 2015, que mide el rendimiento de los escolares en matemáticas, letras y ciencias, estamos en la ubicación 64 de 70 países. Los estudiantes deberían mejorar no solamente las materias duras como matemática, química y física; sino también las habilidades blandas que les permita ser más competitivos laboralmente. Por ello, no solamente es importante saber el porcentaje de niños y adolescentes que están yendo a la escuela; sino también, saber si están aprendiendo.

Un tema adicional para reforzar la educación, es saber si el sector privado, así como el público, está adecuando su oferta educacional a la necesidad de las empresas en el Perú, para generar futuros profesionales con oportunidades de trabajo y no solamente profesionales con cartón y diplomas, pero sin mayores posibilidades laborales.

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Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Perú invierte sólo el 3.7% de su PBI (2016) en la educación, siendo uno de los países de menor inversión en Latinoamérica.

Eficiencia – Dinamismo empresarial

Para el Reporte de la WEF, el dinamismo y eficiencia empresarial se da por 4 pilares: el mercado de productos, mercado laboral, sistema financiero y tamaño de mercado. Aquí se mide las oportunidades que tienen las empresas para desenvolverse en el mercado. La apertura comercial se considera esencial para el crecimiento de un país; en ese sentido Perú se ha abierto al mundo y se ubica en posición 14, por encima de países como Finlandia, Luxemburgo y Canadá. La apertura permite el ingreso de empresas de cualquier país, haciendo que el sector empresarial deba ser más competitivo para salir adelante. El tamaño de mercado para las empresas peruanas ha crecido con la firma de los distintos acuerdos comerciales, haciendo que algunas firmas puedan aprovechar la posibilidad de trabajar bajo economías de escala, cuanto más produces, tu unidad se abarata. Aquí nuevamente se necesitaría reforzar la formalización para que más empresas tengan posibilidades. Perú está en puesto 49.

La apertura de mercado y la formalización, también traerán el cierre de muchas empresas que no sean competitivas, debiendo aparecer nuevas que sean más productivas y que estén en los sectores en los que la industria peruana tenga más fortalezas y oportunidades. Por su parte la formalización, también traerá mayor competitividad. Actualmente, de cada 10 empresas en Perú 7 son informales, lo que limita sus capacidades de competencia. Uno de los principales motivos para que las empresas no opten por la formalización es porque no ven mayores beneficios en ella y, más bien lo ven como un gasto, antes que como una inversión. Actualmente, el sueldo mínimo peruano es de $279, Brasil está en $271, mientras Colombia está en $265; sin embargo, la crítica de muchos empresarios no es por el sueldo mínimo, sino por los costos no salariales que encarecen mucho más el contratar formalmente a un empleado.

La población se queja que los sueldos mínimos son muy bajos; sin embargo, las empresas peruanas manifiestan que el problema es que los costos no salariales son muy altos, lo que desalienta la formalización laboral.

Innovación

Uno de los factores fundamentales para lograr la competitividad de un país es la innovación. Este pilar no sólo consiste en crear nuevos productos y servicios; sino también, nuevas tecnologías y procesos.

Según el Índice de Competitividad Global, en los componentes de innovación, Perú se encuentra en la posición 93. Respecto a algunos indicadores que se miden en este pilar, podemos observar en el cuadro de abajo, donde comparamos a Perú con cuatro países sudamericanos, que en “cultura emprendedora” Chile y Colombia nos han sacado ventaja y apoyan mejor el emprendimiento, lo mismo pasa en “crecimiento de empresas innovadoras”, demostrando que en estos países hay un mejor ambiente para innovar. Respecto a “colaboración universidad-industria en I+D”, Perú es superado por Colombia, Chile e incluso Ecuador, siendo parte del último cuartil.

“Gastos en investigación y desarrollo” es un problema mayor para el Perú; según el cuadro presentado, Perú está por debajo de Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador. Según las Naciones Unidas (2016), Perú gasta en investigación y desarrollo 0.12 del % de su PBI, mientras Corea del Sur gasta 4.23, Finlandia 2.75, Brasil 1.27 y Cuba 0.35. Perú gasta igual que Venezuela. Este desinterés por la investigación, desarrollo y tecnología, también se aprecia en el Ranking Global de Innovación 2019 efectuado por la Organización Mundial de Propiedad Intelectual de la ONU, donde se aprecia que en el indicador “diseños industriales de origen” estamos en el puesto 100 y en “difusión del conocimiento” en 119 de 129 países.

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Los números reflejan una preocupante realidad del Perú respecto a la innovación. En el cuadro se observa los puestos que han ocupado 5 países sudamericanos en indicadores de innovación según el Indice de Competitividad Global 2018. En gasto en I&D Perú está por debajo de sus vecinos. Cuadro elaborado por Bruno Calderón latierraesflat

El objetivo de optimizar la competitividad es que el crecimiento del Perú no dependa sólo de que al sistema económico mundial le vaya bien o de que las materias primas que producimos aumenten de precio, porque ello sería sólo un efecto coyuntural y una falsa ilusión; sino, que se  establezca  las bases adecuadas, como impulsar la institucionalidad, educación, infraestructura, el estado de derecho, la formalidad y la innovación, para que sean los motores de desarrollo que el país necesita para su progreso continuo rumbo al bicentenario.

 

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Ir a la escuela y no aprender: la nueva forma de analfabetismo

9 enero, 2019

Por mucho tiempo la comunidad mundial ha estado concentrada en cómo hacer para que los niños que no van a la escuela si lo hagan y de esa manera la educación sea inclusiva para todos, sin embargo, se dejó de lado el medir si los niños y adolescentes que si van a la escuela están aprendiendo. Hoy gracias a informes e investigaciones internacionales sabemos lamentablemente que millones de niños en el mundo van a las escuelas pero no están aprendiendo. Una oportunidad desperdiciada. Ante esta dramática situación ¿qué se está haciendo? ¿Se puede hacer algo?

El video “La Crisis mundial del aprendizaje y qué hacer al respecto” desarrollado en TED Ideas worth spreading nos trae una cifra impactante. Según la ex ministra del gobierno tunecino y hoy representante de la Comisión de Educación creada por la ONU, Amel Karboul, “250 millones de niños en el mundo no estudian y 330 millones de niños están en la escuela pero no aprenden”. Es más, nos comenta que para el 2030 la mitad de los niños y jóvenes en el mundo no irán a la escuela o no podrán aprender. Cifras impactantes, considerando que no sólo hay que preocuparse por todos aquellos niños que por diversos motivos no están yendo a la escuela; sino que también, es un problema mundial que muchos niños y adolescentes van a la escuela, están sentados en sus aulas pero no aprenden. ¿Qué está sucediendo? ¿Por qué los niños no van a la escuela y por qué muchos de los que van no aprenden?

Según el Banco Mundial (BM) en su Informe sobre el desarrollo mundial 2018: Aprender para hacer realidad la promesa de la educación, millones de niños van a la escuela pero no aprenden ni siquiera lo básico para escapar de la pobreza, por tanto refiere el banco nos encontramos ante una crisis del aprendizaje. Según Jim Yong Kim, presidente del BM, “la escolarización sin aprendizaje es una oportunidad desperdiciada. Más que eso, es una gran injusticia”.

El informe del BM (2018) nos ilustra ejemplos reales sobre la falta de aprendizaje en muchos niños y adolescentes de países pobres y en desarrollo. Por ejemplo:

En Kenya, Tanzanía y Uganda, cuando se pidió recientemente a los alumnos de tercer grado que leyeran una frase sencilla como “El perro se llama Fido” en inglés o en suajili, el 75 % de los evaluados no entendió lo que leía. En las zonas rurales de la India, casi el 75 % de los alumnos de tercer grado no pudo resolver una resta con números de dos dígitos como 46 − 17, y en quinto grado la mitad aún no era capaz de hacerlo (p.3).

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En el siguiente gráfico desarrollado por el Instituto de estadística de la UNESCO se puede apreciar en color aqua el porcentaje de niños –por regiones- que, a pesar de ir al colegio, no alcanzarán los Niveles Mínimos de Competencia lectora. En América Latina y el Caribe será el 63%.

Asimismo, el Instituto de Estadística de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), en su Informe Más de la mitad de los Niños y Adolescentes en el mundo no están Aprendiendo (2017), nos comenta que más de 617 millones de niños y adolescentes –es decir seis de cada diez niños en el mundo- no están alcanzando los niveles mínimos de competencia en lectura y matemáticas.

Según Silvia Montoya, directora del Instituto de Estadística de la UNESCO, «Que haya niños que no tengan las competencias básicas cuando se trata de leer párrafos muy sencillos y extraer información de los mismos yo lo consideraría como una nueva definición de analfabetismo”.

En el siguiente video la UNESCO nos informa que existe una crisis mundial del aprendizaje y se refleja en que en los países pobres la cuarta parte de los jóvenes no pueden leer una oración completa.

El video “La crisis mundial del aprendizaje” también nos menciona sobre la decisión que tomó el primer presidente de Túnez, Habib Bourguiba, de invertir 20% del presupuesto nacional en educación, una cantidad muy superior al promedio mundial.

Según el grupo económico Goldman Sachs, conocido mundialmente por ser el creador del acrónimo BRIC donde nombra a los 4 países emergentes que serán las principales economías del mundo en las próximas décadas, para que un país pueda lograr el crecimiento continuo debe cumplir 4 condiciones fundamentales: mantener la estabilidad macroeconómica, tener Institucionalidad, buscar la apertura y el libre mercado, y apostar por la educación, siendo esta última el requisito previo para lograr el crecimiento. Es decir, si quieres empezar a crecer primero empieza por la Educación ya que juega un papel fundamental en la búsqueda de los otros requisitos.

Esta dura realidad más allá de desmotivarnos, nos lleva a mirar con optimismo los proyectos que se pueden promover para luchar contra esta amenaza. Uno de ellos es justamente el promovido por la Comisión de Educación de la ONU cuando en su segundo trabajo de investigación se pregunta ¿Podemos hacer algo al respecto? Y la respuesta es sí. Aprendiendo de los países que lo están haciendo mejor. Si cada país se mueve al ritmo de los factores más dinámicos dentro de su propio nivel de ingresos, entonces dentro de una sola generación se podría tener a todos los niños de la escuela aprendiendo. Por ejemplo, nos citaba que Túnez no se puede mover tan rápido como Finlandia pero sí lo puede hacer como Vietnam, que gasta cantidades similares en sus estudiantes respecto al porcentaje de su PBI. Vietnam, según el Informe PISA 2015, estuvo por encima de muchos países desarrollados como Estados Unidos.

Para ello, la primera gran transformación antes de invertir es hacer que el sistema educativo entregue resultados.  Si no sabemos si los niños aprenden; entonces ¿cómo hacen los maestros para conseguir resultados? ¿Cómo los países priorizarán su inversión en educación para conseguir resultados si no saben si los niños aprenden?

Otro de los problemas que tiene la educación es cómo llegar a niños y adolescentes que se encuentran en lugares lejanos, donde no hay la infraestructura adecuada, donde el Estado no ha desarrollado la descentralización que se debe, donde no hay profesores o les cuesta mucho llegar. El video nos muestra una experiencia enriquecedora desarrollada en Brasil.

En 2009, Brasil aprobó una ley que garantizaba la educación secundaria para cada brasilero y la obligación de cada estado de implementarla antes de 2016. La tarea era difícil en ciertas provincias en las riberas del Amazonas por lo difícil de su geografía. ¿Cómo hacer para que profesores fueran a lugares tan alejados? Ante ello, los funcionarios encargados debieron formularse estrategias emprendedoras. Entonces desarrollaron la solución del Centro de Medios. Hay maestros especializados en una determinada ciudad (centro) y desde ahí dan clase de forma virtual a miles de comunidades dispersas. Estas aulas alejadas tienen de 5 a 25 estudiantes y cuentan con un profesor de tutoría más generalista para su aprendizaje y desarrollo. 60 profesores especializados trabajan con 2200 profesores de tutoría en esas comunidades para personalizar su clase de acuerdo al contexto y tiempo de cada pueblo o región.

La estrategia es importante, porque al no contar, un país emergente o en desarrollo, con muchos docentes cualificados se aprovecha la tecnología para –a través de esta- llegar a distintos lugares e impartir las clases. Al no contar en estos lugares distantes con docentes cualificados, el plan consiste en tener aquí docentes de tutoría que no cuentan con la especialización debida pero sirven para guiar y monitorear a los alumnos.

Sin comprensión lectora

 Amel Karboul nos cuenta que la Comisión de Educación de la ONU ha realizado dos iniciativas para impulsar la educación en los países en vías de desarrollo.

  1. Iniciativa de País Pionero.- 20 países de África y Asia se han comprometido en hacer de la educación su prioridad y por tanto transformar sus sistemas educativos para entregar resultados. Por tanto, se ha capacitado a líderes de cada país en una metodología llamada Enfoque de Entrega. Esta tiene 2 objetivos. La primera fase es de Planificación, aquí se lleva a todos a una sala: maestros, asociación de padres, ongs, sindicato de docentes, representantes del gobierno, etc. para llegar a un acuerdo y la resolución que se tome involucre y sea compartida por todos. La segunda fase es un Enfoque agresivo de Seguimiento. Semana a semana se verifica si se hizo lo que debía hacerse, incluso se envía una persona a la escuela para verificar qué ocurrió.
  1. Iniciativa de Financiación.- La siguiente iniciativa para hacer de la generación del aprendizaje una realidad es la Financiación. ¿Qué pasa si los países quieren pedir dinero prestado para la educación? Es difícil conseguir dinero prestado para la educación, es más fácil conseguir dinero para una obra de infraestructura. Ante esto, se busca una solución para ayudar a los países de ingreso medio, que son aquellos países que no son tan pobres para beneficiarse de becas o créditos a bajo interés; y no son tan ricos como para obtener intereses atractivos para sus préstamos. Así que se reúne una cantidad de dinero de donantes en un fondo financiero para la educación que proporcionará más financiación para la enseñanza. Se subvencionará o eliminará el pago de intereses sobre los préstamos para que los países se comprometan con las reformas y puedan pedir dinero prestado para reformar su sistema educativo y pagar a largo plazo mientras se benefician de una población mejor educada. Esta solución ha sido reconocida en la reunión de los G20 en Alemania y hoy la educación está en la agenda internacional.

Los datos presentados por el Banco Mundial y la UNESCO nos dan a conocer tres problemas tangibles. Primero, la falta de acceso de muchos niños a la escuela que no van a poder lograr un nivel mínimo de competencia. Segundo, una falta de capacidad de retener a los niños en la escuela estando la deserción en un alto nivel. Tercero, la calidad de la educación y el problema de la falta de aprendizaje en las escuelas.

Lograr el ingreso de los niños al colegio es solo la mitad de la batalla. El desafío está en asegurar que cada niño en la escuela esté aprendiendo las habilidades mínimas que necesita en lectura y matemáticas.

La educación es un derecho humano básico; llevado de una manera adecuada será la herramienta que logre la integración social y laboral de las nuevas generaciones. No está de más recordar que los países con mayores competencias educativas crecen más rápido que aquellos con escolaridad pero con competencias mediocres.

Bibliografía

Banco internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial (2018). Informe sobre el Desarrollo Mundial 2018: aprender para hacer realidad la promesa de la educación. Grupo Banco Mundial. Washington DC.

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (2017). Mas de la mitad de los niños y adolescentes en el mundo no están aprendiendo. Instituto de Estadística de la UNESCO. Ficha informática n° 46. Extraído de http://unesdoc.unesco.org/images/0026/002615/261556s.pdf

Meireles, Raquel (2013). The future of higher education in BRIC countries: a demographic perspective. Centro de Desenvolvimiento e Planeamiento Regional – Cedeplar, Universidad Federal de Minas Gerais – UFMG, Belo Horizonte-MG, Brasil.


APOSTANDO POR EL CONOCIMIENTO Y LA INNOVACIÓN: En búsqueda de un crecimiento continuo e inclusivo

2 septiembre, 2012

Según el Índice de Competitividad Global 2011-2012, Perú ocupa el primer lugar en control de la inflación, en facilidad de acceso al crédito está entre los 25 primeros de 142 países; sin embargo, en el sistema educativo se ubica en la posición 128 y en innovación ocupamos el puesto 113.

El Perú está creciendo económicamente, se ha vuelto más competitivo y tiene una mejor performance para hacer negocios. Así lo demuestra el Índice de Competitividad Global 2011-2012 del Foro Económico Mundial, donde Perú se ubica en la primera mitad del ranking (puesto 67 de 142 países). En el Reporte Doing Business 2012 (Banco Mundial), que mide la facilidad para hacer negocios, Perú se encuentra en el tercio superior a nivel mundial (puesto 41 de 183 países). Asimismo, según el último Índice de Clima Económico en América Latina, elaborado por el centro de estudios económicos Getulio Vargas de manera trimestral, el Perú es el país con el mejor clima para los negocios en la región.

Entonces, si las cifras y rankings se ven tan bien eso significa que ¿estaremos yendo por el camino correcto? ¿Nos alcanzará el impulso dado para mantener nuestra competitividad en los siguientes años? ¿Será solamente la bien manejada macroeconomía, el control de la inflación, el crecimiento del mercado y el desarrollo de las finanzas nuestros caballitos de batalla para ser un líder regional del siglo XXI?

Al igual que Pedro tendré que negar tres veces estas preguntas (antes que cante el gallo o que nos grite el estancamiento): No! no! y no! Y es que, si bien –de acuerdo a los resultados- estamos aprobados en competitividad de manera global, si nos ponemos a revisar los indicadores de manera desagregada podremos encontrar que hay dos indicadores primordiales en los que no estamos nada bien. Estos son: innovación y educación primaria. Incluso en el último informe de Competitividad 2012, hemos retrocedido en tres indicadores: estos dos indicadores mencionados más educación superior. Es decir, justamente estamos mal en los indicadores que son la base para avanzar hacia una “economía del conocimiento”. Aquella economía que nos serviría para desarrollar al capital humano y a las empresas con valor agregado.

“Hubiera preferido un ministerio de ciencia y tecnología que de cultura” manifestaba el ex ministro de economía Ismael Benavides, el 2010, luego de que su propio gobierno creara el ministerio de Cultura.

A las pruebas me remito. Por ejemplo, en el último Índice de Clima Económico (ICE) en el que Perú es el mejor destino para hacer negocios en América Latina, la variable que es nuestro mayor obstáculo, en el mediano plazo, es la “escasa mano de obra calificada”. Es decir, hoy estamos primeros pero ¿qué pasará mañana cuando las empresas que busquen crecer no encuentren personal calificado? ¿Podrá una empresa apostar por la innovación con un personal que ha recibido una base educativa ínfima y débil? Si la era del conocimiento es la tendencia a seguir ¿no estaremos perdiendo oportunidades laborales por no habernos desarrollado en lo que debíamos?  ¿No es el Estado y las empresas privadas quienes deberían promover el desarrollo del conocimiento y la innovación?

Según el informe Examen de las Políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación para Perú 2011, realizado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), nuestro país debiera desarrollar una economía del conocimiento basado en cuatro pilares fundamentales: inversión, educación, investigación y desarrollo empresarial.

Este cuadro elaborado por la UNCTAD, a través del informe Examen de las Políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación en el Perú, muestra un análisis FODA de nuestro sistema nacional de innovación.

Perú sólo invierte 0.1% en Investigación y Desarrollo

Mientras que Perú sólo invierte el 0.1% en investigación y desarrollo, Chile invierte el 0.7% y Brasil el 0.8%. Ni hablar de los asiáticos, China invierte 2.1%, Singapur 2.2%, Corea del Sur 2.8%. Es decir, mientras Perú invierte US$ 8 al año por habitante en I&D, Chile invierte US$ 70 y Corea del Sur US$ 500. Con estas cifras ¿podremos alcanzar la innovación que necesitamos para seguir creciendo? ¿Podremos desarrollar con estas cifras productos con valor agregado como nos recomienda Porter cada vez que viene al CADE? La verdad que es imposible. La inversión que realiza el Perú en I&D es menor a la inversión que efectuó Kazajistán 0.21% (país independiente desde 1991) y Sudán 0.23% (considerado estado fallido) en el año 2007. Incluso Grecia que está a punto de colapsar económicamente invirtió este último año 0.6%.

El problema no sólo es el sector público que aún pareciese no considera prioritario la ciencia, tecnología e innovación; sino también, el sector privado cuya inversión en innovación es casi nula. Además de no existir una vinculación adecuada entre la oferta universitaria, las actividades de investigación y lo que demanda el sector productivo.

Perú tiene una de las inversiones más bajas del mundo en investigación y desarrollo. Solo invierte el 0.1% del PBI.

Entre los últimos en Educación

El problema de la educación en el Perú no es la cobertura educativa sino la calidad de la educación. Perú ha participado en la Prueba PISA 2009 (Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes), examen que evalúa las competencias de estudiantes de 15 años de edad y sus capacidades para aprender, y los resultados han sido penosos: en comprensión lectora puesto 63 de 65 países, en matemáticas 63 de 65 y en ciencias 64 de 65. ¡Gracias a Kirguistán que está último en todo! sino bajaríamos una posición más…

Es por eso, la importancia de aumentar el gasto público en educación que realiza Perú. Actualmente, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) el gasto peruano en educación es bastante bajo. Alcanza el 2.7% del PBI, siendo el promedio de la región (que también es bajo) 4.2%. Es decir, Perú gasta en educación por habitante (año 2008) $81, mientras que Chile, Colombia, México y Panamá (países que siguen una política económica como la nuestra) gastan 224, 147, 378 y 229 dólares respectivamente. Y el promedio de gasto en la región es 171 dólares. No llegamos ni a la mitad.

Sólo 1 de cada 5 universitarios estudia ciencias e ingeniería

Para que el Perú siga creciendo necesariamente debe apostar por el conocimiento, la ciencia y la innovación. Uno de los principios base para ser una potencia emergente es el desarrollo manufacturero y para esto se necesita expertos que puedan producir competitivamente los bienes actuales y poder inventar y desarrollar nuevos productos. Para ambos casos se necesita de profesionales en ciencias e ingeniería. Entonces las preguntas caen de maduras ¿están los jóvenes peruanos optando por estudiar carreras de ciencia e ingeniería? ¿Se encuentra el Estado incentivando la ciencia y tecnología en nuestro país?

Según el Presidente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Víctor Carranza, sólo el 20% de universitarios en el Perú estudia carreras de ciencia y ingeniería (incluso me esperaba un porcentaje menor). Esta cifra es poca, considerando que otros países, como los asiáticos, están apostando por las ciencias para mantener su crecimiento económico. En el caso del Perú, según el Instituto de Estadística de UNESCO (2010) el 51% de jóvenes universitarios -al año 2007- se habían matriculado en educación, le seguía Derecho con 8% y recién en la sexta posición aparecía la primera ingeniería (de sistemas) con 3%. En ingeniería civil e industrial la matrícula era de 2% cada una. Además, hay que considerar que matriculados no significa que vayan a terminar o ejercer la carrera. Entonces, nos encontramos con una cifra pequeña que debiera ser incentivada por el Estado si quiere ser un país competitivo.

Según el Ministerio de Educación, al año 2007, más del 50% de universitarios elegían estudiar educación y sólo el 8% decidían seguir ingeniería. Mientras en los países asiáticos están apostando todo a la ciencia y tecnología.

Al Perú le urge desarrollo industrial

Según Michael Porter el Perú tiene cinco sectores competitivos que pueden complementar el desarrollo económico que el país necesita. Estos potenciales cluster serían en minería, pesca, textil y confecciones, agroindustria y turismo.

Por su parte, el Ministerio de la Producción ha identificado 11 cadenas productivas: cuero y calzado, maderera y forestal, textil-algodón, joyería, pecuario-porcinos, caucho-llantas, vitivinícola, metalmecánica, textil-camélidos, pecuario-lácteos y productos naturales.

Se han realizado varios informes sobre cuáles son los sectores productivos que tienen potencial de crecimiento. ¿No debería el Estado apoyar con más esfuerzo estos emprendimientos peruanos?

Las pyme, de manera autónoma, se han conglomerado por sectores en diversas partes del país. Así tenemos a las empresas de confecciones en Gamarra, calzado en El Porvenir de Trujillo, muebles de madera en Villa El Salvador, metal mecánica en Juliaca, turismo en Cusco, vinos y piscos en Ica, confecciones de alpaca en Puno, artesanías en Petit Thouars y gastronomía en Miraflores y San Isidro.

Esta información nos permite saber que hay sectores y zonas productivas que tienen un potencial de desarrollo identificado y bien haría el sector público y privado en apoyar a estas industrias para su desarrollo industrial.

Porter menciona que el Perú necesita tener una estrategia económica y saber a dónde vamos como país. Para esto, necesitamos mejorar en unas áreas básicas como son la educación y la competitividad. Es decir, nos está diciendo que apostemos por la innovación y el conocimiento. Menciona además, que la realidad del Perú de hoy es que más del 80% del valor de sus exportaciones son materias o productos primarios (minería, agricultura, pesca) y del 20% que resta, la mayoría son productos industriales de bajo nivel de procesamiento. ¿No nos vendría bien cambiar la distribución de este porcentaje?

La debilidad en innovación que tenemos se puede observar a través del porcentaje que sacamos en exportaciones de alta tecnología.

Camino a la Innovación

En una economía global basada en el conocimiento es fundamental innovar para obtener crecimiento económico. Empresas que apuestan por la innovación como Google, Apple o Facebook pueden tener un valor de mercado más alto que la economía de muchos países.

La edición de CADE 2011 dejó claro que la innovación es el pilar fundamental de la competitividad en el país. Según el reconocido Carlos Añaños, director ejecutivo de Ajegroup, la innovación no sólo se da al hacer un chip de última generación, sino que también se puede innovar en diferentes partes del proceso de la cadena de valores.

¿Y cómo le irá a Latinoamérica en innovación? Según el Ranking Global de Innovación 2012, elaborado por la Organización Mundial de Propiedad Intelectual de las Naciones Unidas (OMPI) la mayoría de países latinoamericanos se encuentran de la mitad para abajo en la clasificación de 141 países. Sólo Chile se encuentra entre los 50 líderes mundiales en innovación. El Informe también divide a los países entre los líderes, los que están aprendiendo y los de bajo desempeño. Adivinen dónde están la mayoría de países latinoamericanos? Sí, entre los países de bajo desempeño. Aquí se encuentran países como México, Argentina, Perú, Ecuador y Venezuela.

Fernando Villarán, presidente de Base Consultores, pide que se fomente el estudio científico en el Perú.

Las autoridades peruanas saben de la importancia de la innovación y el conocimiento para el desarrollo económico. Lo recomiendan distintos informes como el “Examen de las Políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación en el Perú” de la UNCTAD, la “Nueva Política e institucionalidad para dinamizar la CTI peruana” de la Comisión Consultiva para la Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI), los resultados de la prueba PISA, los resultados del Índice de Desarrollo Humano respecto a la educación; sin embargo, parece que son pocas las acciones que realiza el Estado para revertir el bajo nivel de innovación que presenta nuestro país. De hecho se está avanzando, pero muy lentamente mientras otros países, como los asiáticos, están corriendo en esta materia. Soumitra Dutta, académico colaborador del Ranking Global de Innovación, manifiesta que “los países de bajo desempeño (como el Perú) de Latinoamérica están mejorando, pero el resto del mundo está avanzando más rápido. En Asia están avanzando mucho más”.

De acuerdo al Índice Global de Innovación 2012, los indicadores más bajos que tiene el Perú se concentran en Capital Humano, Creatividad y Conocimiento y Tecnología. Desglosando los indicadores podemos apreciar que en educación estamos en el puesto 120 de 141 países, en investigación y desarrollo 121, en creación de conocimiento 117, en publicaciones técnicas y científicas 126, en difusión del conocimiento 117, en productos y servicios creativos 119.

Comparándonos con otros países de la región podemos ver lo delicado de nuestra situación. En estos indicadores que he escogido, por su relación directa con el conocimiento y la innovación, estamos entre los últimos. Entre los países que forman parte de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú) estamos últimos –dejando de lado la posición general del ranking- e incluso lejos. Y si nos comparamos con países que han elegido una política económica distinta a la nuestra, como Bolivia, Ecuador y Venezuela, estamos en las mismas condiciones. Incluso en variables como la educación y productos y servicios creativos estamos últimos entre todos los países comparados. ¿No debe estas cifras hacernos reaccionar de manera drástica?

Perú se encuentra a media tabla en el Índice Global de Innovación 2012; sin embargo, en educación, ciencia e innovación estamos entre los últimos. Comparado con países vecinos estamos últimos en educación y en productos creativos. Cuadro elaborado por Bruno Calderón.

Innovación, tecnología y conocimiento como herramientas para la Inclusión Social

 

Desarrollar competitividad, conocimiento, ciencia, tecnología e innovación busca lograr “resultados económicos” que serán el medio para obtener el fin deseado: “resultados sociales”. El crecimiento económico será la herramienta que nos permita la mejora sostenible de la calidad de vida de la población peruana.

El conocimiento y la innovación nos deben permitir proponer alternativas, buscar soluciones, ejecutar programas, controlar procesos y recoger información que busquen resolver los problemas sociales, culturales y ambientales que tiene el país.

Desarrollar conocimientos debe ser la base para un capital humano calificado y con las herramientas necesarias para afrontar los desafíos de hoy. Un capital humano con herramientas adecuadas será la base para lograr la competitividad que las empresas necesitan y generar una mayor cantidad de emprendedores.

Modesto Montoya, presidente de la Academia Nuclear del Perú, habla claramente sobre la poca inversión que realiza el Estado en el ámbito tecnológico.

Porter ha mencionado que no se puede pensar en desarrollo económico sin tocar el desarrollo social. Formar y capacitar a las personas es una tarea impostergable para lograr el desarrollo social y económico que todos queremos. No desaprovechemos esta oportunidad que puede ser única e irrepetible.

Decía Confucio, 500 años antes de Cristo: “Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estás peor que antes”. Ser parte de esta partida que nos ha tocado vivir no sólo significa ver con cautela lo que sucederá, sino que es pararse en responsabilidad, actuar y asumir los retos de lo que pueda venir.

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