Estrategias para combatir el coronavirus

Hace una semana salió publicado un artículo (Ganoza, 2020) denominado “Coronavirus: una alternativa al martillo y el baile”. Una propuesta interesante que cuestiona constructivamente si la estrategia que han adoptado gobiernos como el Perú, España o Filipinas, para luchar contra el conoravirus, es la más adecuada.

Por ello, en este post se quisiera explicar en qué consiste la estrategia del martillo y el baile, adoptada por varios países como el Perú o España, la estrategia del judo y bisturí que propone Ganoza y si hay otras estrategias seguidas por diferentes naciones. Por último ¿cuál estrategia podría ser mejor?

El Martillo y Baile     

La estrategia del martillo y el baile, desarrollada por Pueyo (2020), trata de aplacar lo más pronto posible la epidemia con medidas duras, que son los martillazos, como es el distanciamiento social, las barreras físicas (mascarillas), las barreras químicas (agua y jabón) y las cuarentenas obligatorias que frenen el número de contagios. El objetivo de ello es que el sistema de salud no colapse y haya la menor cantidad de muertos posibles. Esta fase sólo debe durar unas semanas, no meses, para evitar dañar demasiado la economía.

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El martillo y el baile: Estrategia propuesta por Tomás Pueyo (español) para detener el COVID-19.

Después que baja la curva de infectados -considerando que el virus no ha desaparecido y va volver con distintas intensidades- en las siguientes semanas se testea a la mayor cantidad de público posible para identificarlos, tratarlos y evitar posibles altos picos. A ello se llama la etapa del baile. Aquí se suavizan las medidas, los ciudadanos recuperan algunas de sus libertades y se da un respiro a la maltratada economía. En la práctica este período debería durar hasta que se descubra y aplique la vacuna. “Le hemos entrado con todo para (luego de bajar los picos) entrar en un periodo que se llama el baile; que no desaparece (los picos) pero tiene unos pocos”, refiere el Ministro de Salud peruano, Victor Zamora (Gorrriti & Laura, 2020).

El objetivo de esta estrategia es ganar tiempo y aplicar el baile en distintas intensidades hasta que llegue la vacuna.

El judo y el bisturí    

Para Ganoza (2020), la estrategia del martillo y el baile no funciona para países como el Perú porque el Estado no tiene las capacidades económicas y logísticas para mantener esta costosa estrategia. Por tanto, sugiere cambiar el martillo y el baile por el judo y el bisturí, por ser una estrategia más competitiva para el país.

En vez de querer realizar un plan ambicioso que abarque hacer pruebas a todo el país, sería mas realista concentrarse en zonas geográficas más específicas como algunas ciudades o distritos, donde se realizarían testeos aleatorios que permitan hallar a la población inmune, a los asintomáticos; así como a los segmentos a quienes se puede aplicar medidas particulares como los jóvenes. Esta etapa sería conocida con el nombre de judo, como un judoka que al enfrentarse a un oponente más grande se concentra en sólo un punto de ataque para buscar vencerlo.

Después vendría la etapa del bisturí, en la que en los distritos escogidos se hace un trabajo quirúrgico de diagnóstico y ubicación de contagiados, así como de todos sus contactos. Para ello se utilizaría a las empresas de telecomunicaciones, para que a través de estas se detecte y envíe mensajes de celulares a todos los que estuvieron en contacto con el contagiado para que hagan cuarentena obligatoria hasta que se les aplique el test de coronavirus.

Esta estrategia sería más adecuada para países en vías de desarrollo, puesto que es más focalizada y representa un presupuesto más limitado.

La velocidad

Corea del Sur es uno de los países que mejor resultado ha tenido, hasta ahora, frente al coronavirus, a pesar de estar cerca a China (donde empezó la pandemia) y de tener una población de más de 50 millones.

Su clave fue la velocidad. Apenas se le  presentaron los primeros casos en enero compró una gran cantidad de pruebas médicas para testear indiscriminadamente a la mayor cantidad de población posible. Ha sido la nación que más rápido empezó con los test masivos, llegando a 20,000 por día. Luego continuó la etapa de seguimiento de la pobalción; aquí se empezaba con el rastreo de los lugares donde había estado el paciente y los individuos con quienes había hecho contacto. Para ello se utilizó sus datos de teléfono, sus contactos de redes, los registros de sus tarjetas de crédito, las cámaras de seguridad de la ciudad, así como sus viajes y desplazamientos para alertar a todos los posbles contagiados. A ello, se sumó una aplicación de GPS para detectar sus movimientos y saber si rompían la cuarentena.

Por último, seguía la etapa de tratamiento donde se clasificaba a los pacientes de acuerdo a su nivel de riesgo y se establecía procedimientos diferentes para cada nivel. Esta estrategia le ha valido tener una baja tasa de letalidad de 2.16%.

Ricitos de oro

Australia ha elegido una estrategia diferente denominada “ricitos de oro”, refiriéndose al cuento infantil, porque como la protagonista busca el punto intermedio (la avena tibia, la cama de regular tamaño, el sillón ni suave ni duro). El país oceánico ha establecido un aislamiento pero ha dejado que prosigan algunas actividades productivas que considera fundamentales, con el fin de no dañar ni detener demasiado la economía.

Su aislamiento ha sido progresivo, incluso las guarderías no han cerrado para que los padres que tarabajan puedan dejar a sus hijos. Australia no piensa, por el momento, relajar más las medidas adoptadas ya que ha visto lo que está pasando en Suecia.

Hay que advertir que Australia tiene a su favor ciudades con una baja tasa demográfica ya que su población es menor respecto a su territorio. Asimismo, le es más fácil controlar sus fronteras al ser un país insular (Telam – Internacional, 2020). Su tasa de letalidad actual es de 0.97%.

Ricitos de oro latierraesflat

La estrategia “ricitos de oro” ha tenido buenos resultados en Australia, pero hay que considerar que su demografía, buen sistema de salud e insularidad juegan a su favor.

La inmunidad del rebaño

El gobierno sueco ha empleado esta estrategia más laxa que permite reuniones hasta de 50 personas y vuelos nacionales. Según sus autoridades, el virus debiera expandirse lentamente para ir generando una “inmunidad colectiva o una combinación de inmunidad y vacunación”, según refiere Anders Tegnell, epidemiólogo jefe en Suecia (Godin, 2020).

La población sueca aún continua más tiempo en las calles, a comparación de algunos de sus vecinos, pero su tasa de letalidad ya va en 10.63%.

El confinamiento inteligente

Holanda es otro país que se inclina por la teoría de la inmunidad grupal. Su primer ministro, Mark Rutte, dice “cuanto más grande es el grupo que adquiere inmunidad, menor es la posibilidad de que el virus pueda dar el salto a personas mayores vulnerables o personas con problemas de salud”.

El confinamiento inteligente es un enfoque frío y calculador, que se basa en evidencia y que funciona -siempre y cuando- la población respete las normas y se comporte como una sociedad avanzada y adulta; es decir, que actúe con “cabeza fría”.

Casos de coronavirus en Holanda latierraesflat

Holanda se ha convertido en uno de los países con más casos de infectados por millón de habitantes.

En Holanda se han cerrado las escuelas y universidades, así como las peluquerías, estéticas y negocios donde haya contacto directo. Sin embargo, las ferreterías, jugueterías, florerías siguen atendiendo, porque son tiendas donde no hay un mayor contacto directo. En estos casos, basta con los avisos de precaución y cintas adhesivas -para mantener la distancia- que han puesto los locales. Se ha prevenido a la población que se quede en casa, pero si no puede trabajar desde ahí puede salir. Asimismo, puede salir a tomar aire siempre y cuando conserve la distancia. Es decir, no hay un confinamiento obligatorio. El objetivo es que el aislamiento no genere mayores costos económicos, sociales y psicológicos.

Esta estrategia parece que sí le dio resultados al principio, pero en la actualidad (16 de abril) su tasa de letalidad es de 11.35%, más alta que varios países vecinos.

¿Cuál estrategia nos conviene?

Ante todo, dejar en claro que quien escribe no es economista, ni médico, ni adivino para pronosticar la receta efectiva; sin embargo, modestamente se puede presentar una propuesta con algunos datos importantes a tener en cuenta.

image002 Las estrategias de mitigación, como la seguida por Suecia (la inmunidad del rebaño), lamentablemente no sólo admite el riesgo de tener miles de muertes; sino que al tener el virus tantas oportunidades de contagio le dan la oportunidad de mutar más rápidamente. Por ende, la mejor estrategia a seguir es la supresión (martillazos) porque con sus duras medidas reduce el crecimiento exponencial de contagios y con ello busca que el sistema de salud no colapse. Aquí algunos podrán observar que estrategias intermedias, no tan duras (ricitos de oro) como la aplicada en Australia tienen resultados adecuados y no dañan demasiado la economía; por tanto, puede ser una mejor opción para el país, pero no tienen en cuenta variables como la tasa y concentración demográfica (mayor en Perú), el desarrollo del sistema sanitario (mucho mejor en Australia), la mejor eficiencia en protección de fronteras (a favor de Australia por ser país insular), el presupuesto económico (más limitado en Perú), entre otros. También se dice, que los martillazos no son efectivos para países como el Perú, dado que su economía es mayoritariamente informal, porque su población necesita salir a trabajar ya que viven del día a día. Eso es cierto, muchos ciudadanos no cumplen las normas por distintas necesidades y motivos, pero justamente por eso es que se necesita aplicar medidas duras, para que al menos un gran porcentaje de población sí las cumpla. Es aquí donde se hace indispensable la presencia de la policía y el ejército para conservar el orden requerido. Por eso también, que esta etapa del martillo no debe durar más que unas semanas porque mientras más larga sea, su ineficacia será mayor.

Por ello, el martillo sería la mejor estrategia para afrontar la primera parte de la pandemia. Pero cada martillazo -en su afán de preservar la vida y limitar los contagios- no sólo acorta las libertades de la población; sino que daña la economía de la población y del Estado, quien debe brindar una serie de subsidios para mitigar los daños ocasionados. Entonces, en la segunda parte -pasada la primera gran ola de infección- podría aplicarse el judo.

image002 En la primera parte, el martillo no sólo ha servido para poner en cuarentena obligatoria a la ciudadanía; sino también, ha debido servir para realizar la mayor cantidad de test posibles que permitan detectar a los contagiados y en qué zonas geográficas se encuentra la mayoría. Con esta información pasamos al judo. Perú no tiene la capacidad logística, ni económica, ni el tiempo necesario para aplicar la prueba a los más de 30 millones de peruanos que habitan el territorio; por ello, la estrategia del judo permitiría concentrarse sólo en aquellas ciudades o distritos donde se ha detectado una mayor cantidad de contagio y empezar un ataque concentrado al virus en estas zonas geográficas.

El Baile latierraesflat

Según el Imperial College de London, este gráfico demuestra el baile mundial que afrontaría cada país hasta que aparezca la vacuna contra el COVID_19.

Si bien el bisturí es una estrategia que ha tenido éxito en países como Corea del Sur, su aplicación en países como Perú suena más a anhelo que a realidad. Esta es una estrategia muy meticulosa que no sólo se trata de enviar un mensaje por celular a quienes se crea tuvieron contacto con un contagiado para que se queden en casa a cumplir la cuarentena y hacer un GPS que te indique dónde están los infectados. Esta estrategia en primer lugar necesita el uso de tecnología adecuada que requiere un alto presupuesto y un reducido tiempo para su aplicación. Por ejemplo, implica hacer un GPS que detecte el movimiento de las personas contagiadas y vigilar si cumplen la cuarentena. ¿Quién haría el seguimiento a cada persona? ¿se puede sistematizar ello? Y si ello se puede ¿cómo se avisaría a los demás ciudadanos las rutas que ha seguido este paciente? ¿por celular? Según la Encuesta Nacional de Hogares de 2018 elaborado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) menciona que sólo el 58% de la población que tiene primaria o menor nivel son internautas. ¿Y entonces cómo le avisas a los que no usan internet? ¿a los que no tienen plan de datos es sus móviles? En segundo lugar, se necesita un amplio aparato logístico para levantar toda la información que se requiere. No sólo es recurrir a los datos de los teléfonos celulares, sino también a las cámaras de seguridad, a sus registros de tarjetas, para saber la ubicación tanto de los infectados como de los que estuvieron cerca al paciente. ¿se tendrá la capacidad logística para levantar esa información en un corto tiempo? En tercer lugar, se requiere una ciudadanía responsable que cumpla las disposiciones del gobierno. Si uno menciona que las poblaciones informales no pueden quedarse en casa porque necesitan salir a trabajar para llevar el sustento diario a su hogar, eso también aplicaría para la estrategia del bisturí que necesita que los pacientes no se movilicen y respeten la normatividad impuesta. Por ello, el bisturí puede ser una estrategia adecuada para países con otras condiciones económicas y sociales, pero no necesariamente para países en vías de desarrollo con economías informales.

image002 Por tanto, luego del judo, la siguiente estrategia a aplicar debiera ser el baile. Etapa en que se relajan las medidas impuestas para dar algún respiro a la economía, para que parte de población vuelva a sus actividades y un grupo de empresas afectadas puedan subsistir. Cabe resaltar que las medidas serían diferenciadas dependiendo del grado de infección de cada ciudad o distrito donde se seguiría aplicando el judo donde sea necesario. El baile alternaría descansos y cuarentenas hasta que llegue la vacuna (¿quizá un año?). No suena muy positivo, pero parece una realidad más concreta para aquellos países con capacidades más limitadas.

Texto relacionado:

«El coronavirus en Perú y Latinoamérica»

Bibliografía

Ganoza, C. (11 de 04 de 2020). medium.com. Obtenido de Coronavirus: una alternativa al martillo y el baile: https://medium.com/@cganoza/coronavirus-una-alternativa-al-martillo-y-el-baile-d3309ebcb789

Godin, M. (09 de 04 de 2020). time.com. Obtenido de Sweden’s Relaxed Approach to the Coronavirus Could Already Be Backfiring: https://time.com/5817412/sweden-coronavirus/

Gorrriti, G., & Laura, R. (30 de 03 de 2020). IDL-Reporteros. Obtenido de https://idl-reporteros.pe/el-martillo-y-el-baile/

Pueyo, T. (19 de 03 de 2020). medium.com. Obtenido de Coronavirus: the hammer and the dance: https://medium.com/@tomaspueyo/coronavirus-the-hammer-and-the-dance-be9337092b56

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